miércoles, 16 de noviembre de 2011

RELATOS TERRORÍFICOS ESCRITOS POR LOS ALUMNOS DE LA CLASE DE 6º.

Paula Monticelli Silva                                               


Era un día claro, yo ya estaba subida en el avión, a mi lado solo había un asiento vacío que no tardo en ocuparse por una azafata. –Bela, me dijo- No te preocupes ya estamos llegando. Mis padres me habían mandado a estudiar a un internado en Inglaterra durante un año y Paloma era una azafata muy amiga de mi madre, a la que le había prometido que cuidaría de mí durante el vuelo.

Cuando Paloma se alejó, no pude evitar que me saltaran unas lágrimas, estaba muy triste porque no iba a ver a mis padres durante un año. Después mire por la ventana, las nubes estaban un poco grisáceas y eran muy espesas, cada vez se iban haciendo mas grandes y no tardamos mucho  en sumergirnos en una niebla infinita. En ese momento yo me asuste, pero me tranquilice al divisar  que el aeropuerto de Bradford estaba debajo de nosotros, respire hondo y después le dirigí a Paloma una mirada de alegría.

El Avión aterrizó, y los pasajeros aplaudieron al piloto, todos menos yo, que estaba demasiado ocupada pensando en como iba a ser mi vida durante este año, lo duro que iba a ser sin mis padres, pero me armé de valor y contuve las lagrimas, salí muy de prisa a abrazar a Paloma, y ella me dijo...  -tu te bajas aquí, pero tranquila todo va a salir muy bien, y no olvides que tus padres te quieren- Si me quisieran no me habrían mandado a un internado –dije con enfado-  Paloma iba a protestar por lo que yo acababa de decir, pero yo la abrace con fuerza y salí del avión.

Al llegar al aeropuerto sentí mucho miedo a pesar de que otra azafata venía conmigo, ya que esta no me hacia ni caso y se paraba cada dos por tres a hablar con sus demás compañeras. Yo aceleré el paso y antes de darme cuenta me encontraba en la ciudad de Bradford, sola. Empezó a llover y como me habían indicado mis padres un taxi me estaría esperando en la puerta, así que sin pensarlo mucho me subí al taxi y con voz de alivio al haber entrado a un sitio tan calentito dije –Hola, a Bradford calle 24- Ah, con que tengo en mi taxi a una futura alumna del Queens ¿eh? Y rió con una risa que yo no pude evitar reír también –si, dije sonriente-Pues, ¡fuera de mi taxi! grito con voz de enfado- me niego a continuar hasta la calle 24 -¿tu no has oído la de cosas horribles que han pasado ahí?  Tendrás que ir a pie, y antes de que hubiera terminado de hablar, salí del taxi aterrada y pegue un portazo. -¿A que peligros se refería?- -¿Yo corría peligro?- Miles de ideas locas empezaron a golpear mi cabeza, pero ni las ideas mas graciosas pudieron sacarme el miedo.

Estuve varios minutos sentada en un banco debajo de la lluvia pensando en que podía hacer, pero solo se me ocurrió no hacer caso a las ideas del taxista e ir a Queens, como tenía que haber hecho hace unos minutos, así que me levante del banco  y me apresure a coger la maleta -¡Mi maleta! exclame -¡me la he dejado en el taxi! Pero ya era demasiado tarde, el taxista había desaparecido. No encontré otra salida que echarme a llorar, pero procure ser fuerte y me puse a caminar. Dejando atrás el aeropuerto  yo ya me encontraba en la calle 24, no vi ninguna cosa rara o extraña así que me apresure a entrar, toqué el timbre de la gran residencia y de la puerta  salió una mano ensangrentada, yo pegue un grito y me eché hacia atrás, pero luego más que miedo sentí enfado al oír unas risotadas que procedían de atrás de la puerta –chicas, chicas, las riño una mujer -¿Qué os he dicho de las bromas?- venga, al salón todas ¡ya!- Se oyeron miles de pasos apresurados a seguir las ordenes de la mujer que les grito y acto seguido se abrió la puerta de un chirrido y una mujer baja con un moño y el pelo gris tirando a blanco me dirigió una sonrisa irónica y dijo –¿Qué? ¿Te vas a quedar aquí?- Yo negué con la cabeza y me apresure a entrar, caminamos hasta llegar al salón, por un jardín siniestro lleno de tumbas al fondo y a mi me dio un escalofrío solo de pensar que aquí iba a pasar un año, la señora que me acompañaba lo notó y me lanzó un mirad de desagrado, yo me estremecí y guarde silencio hasta llegar al salón donde tuve que pegar un grito al oír decir… -¡Señorita Sally, es Rachel! Está esta… ¡esta muerta!  - Bueno dijo Sally, supongo que eso le pasó por no obedecerme, así que procurar no hacerlo vosotros y esto será muy divertido. Se armo el pánico pero no se oyó ni una alma, fue como si eso ya hubiera pasad mas veces… pero algo o mas bien alguien rompió el silencio, era un niño del que brotaban unas lagrimas y rompió a llorar.- ¡era mi hermana!- gritó pero a la señorita Sally esto no le hizo ninguna gracia lo agarro del brazo arrastrándolo hacía la cocina, se oyó un grito ahogado de aquel niño y nunca lo volvimos a ver. Pasaron los meses y estos incidentes misteriosos seguían ocurriendo hasta que yo me harte de pasar tanto miedo, y una noche les propuse a los alumnos… ¡tenemos que escapar de aquí sino queremos acabar todos muertos! Susurre. Todos mis compañeros asintieron prestándome mucha atención. Esto es lo que vamos a hacer. Tras horas y horas planeándolo, lo pusimos en marcha y una niña llamada Mel grito – ¡Es Rachel Señorita Sally! ¡Es un fantasma y dice que le va a hacer pagar todo lo que le hizo!  La señorita Sally con mirada de terror se apresuro escaleras arriba hasta el dormitorio de las chicas, como habíamos supuesto, y Sally se adentro en el cuarto oscuro, aprovechando la oscuridad, yo le arrebate las llaves y la encerramos a oscuras en el cuarto y todos los niños se apresuraron a correr escaleras arriba sin preocuparse por las cosa que habían traído a aquel siniestro lugar.

Marta Díaz Peinado

La muñeca fantasmal
Este era una niño de unos diez años que quería regalarle una muñeca a su prima Andrea y fue a una tienda y vio una muñeca que estaba tirada en el suelo y  le pareció muy bonita  le pregunto a un dependiente que cuanto costaba y le dijo que era gratis al dependiente se le veía muy aterrorizado pero el niño no sabía porque, y dijo el niño pues entonces me la llevo y se fue con su muñeca tan tranquilo a su casa pero se fue fijando en la cristalera de la tienda y vio que había letras con sangre y manchas , pensó que eran adornos de halloween  de el año pasado y continuo hasta su casa .
Cuando llego a su casa envolvió la muñeca y la dejo dentro del armario y se fue a ducharse y oyó como se abría la puerta del armario y pensó que era el viento y siguió duchándose, luego vio una sombra y ya no le parecía tan normal, cuando terminó fue a por su pijama  y vio que no estaba sé asomó  a la ventana vio que estaba colgado en la cuerda de tender la ropa y busco otro pijama. Cuando fue a cenar vio que el armario en el que estaba la muñeca ,y vio el envoltorio en cachos por el suelo y había un rastro hasta el desván y pensó que había sido su hermana pequeña  entonces siguió el rastro de papeles y vio a la muñeca sentaba en una silla y pensó que fue su hermana que había estado jugando con ella mientras él se terminaba de duchar  fue un poco  raro ,al día siguiente se fue a darle el regalo a su prima porque era su cumple.Y a Andrea le hizo mucha ilusión.
Al cabo de unos cuantos años la muñeca acabo en una caja cerrada con llave porque en todos esos años habían pasado cosas muy malas y extrañas, un día haciendo limpieza la caja donde estaba la muñeca se tiro a la basura y desde ese día no se supo nada más de la muñeca.


 Javier Cortiguera Landa

Menos mal que puedo contarlo.
Todo empezó por mi gran afición al fútbol.
Se me habían roto las botas y fui a comprarme unas con mi madre a la tienda de la equina.  Cuando entré, lo primero que hice fue quedarme embobado mirando las botas de la marca “bourn”, las mejores botas de fútbol de todo el planeta… pero también las más caras. Mi madre me miró y me hizo un gesto negativo, así que decidí ir a ver cómo estaban las de oferta. Ninguna me causaba buena impresión, pero me tenía que decidir porque mi madre no estaba dispuesta a gastarse un dineral por unas  simples botas.
Iba ya a elegir unas negras y amarillas de un color chillón. Mi mirada se desvió por unos instantes y…¡No me lo podía creer, unas zapatillas “bourn” por solo 20 euros!
Le pregunté al señor si, al precio no le faltaba ningún 0 y me dijo que no. Estaban bajas de precio porque a nadie le venían bien. A mí me molestaban un poco pero por esas zapatillas me daba igual. Además, las tenía el mejor jugador de la selección de Brasil.
Al día siguiente me las puse y causé una gran admiración en la clase, sobre todo entre mis amigos.
Al jugar con ellas la suela estaba un poco dura, pero no me importó y me aguanté sin decir nada a nadie.
         Al volver a  casa decidí averiguar por qué me molestaban. Al principio creí que me habían timado, pero realmente eran de esa marca.
Vi que había un espacio entre la goma de la suela y la zapatilla, así que decidí descoserla. Allí había una carta que decía: “Please Help Me”. Me extrañé y me fijé, que en la etiqueta, ponían las iniciales: P.H. M.
Cada vez más intrigado decidí volver a la tienda y mirar las etiquetas de las zapatillas de la marca “bourn” y, en bastantes ponía lo mismo.
Al ver el dependiente que mi intención no era comprar nada y que estaba revolviéndolo todo me echó de muy malos modos de la tienda.
Intrigado por lo de la nota y lo de las etiquetas decidí descubrir dónde estaba la oficina de esa marca. Me costó mucho averiguarlo hasta que descubrí que estaban en la India. Misión fracasada, yo no iba a ir ahí en mi vida. Pero cuando llegó mi padre (que era ingeniero)… ¡Menuda sorpresa! me dijo que nos íbamos a ir la familia a la India porque le habían requerido para hacer un trabajo. Partíamos a Bombay  justo donde estaba la oficina que buscaba.
Ya en la India, mi padre y yo fuimos a la dichosa oficina. Era un edificio moderno muy bien decorado. No nos dejaron estar mucho tiempo y de despedida me regalaron un balón y otras deportivas.
En la oficina aproveché a preguntarles por el significado de esas tres letras: P.H.M. Pero me pusieron una cara rara y me dijeron que me había equivocado. Yo no me quedé conforme con esa explicación  pues, tras las gafas ligeramente ahumadas de la recepcionista, se podían apreciar dos ojos oscuros demasiados malignos.
Así que volví sobre mis pasos al coche con mi padre. No llevábamos más que unos pocos minutos en el coche cuando le dije a mi padre que diera media vuelta. Un raro presentimiento me recorría todo el cuerpo. Dije a mi padre que parara el coche a unos 100 m de la oficina y volvimos a ella dando un rodeo.
         Fuimos por la parte de atrás que estaba llena de suciedad. A mis oídos llegaba un rumor extraño. Mi padre me esperó fuera del edificio  y yo me adentré en el  y  caminé por un pasillo que estaba muy mal iluminado y por el que circulaba un repugnante olor.
A medida que avanzaba el ruido era más fuerte y  además se escuchaban voces y algún que otro sonido seco como si fueran golpes.
Estaba muerto de miedo, pero seguí un poco más.
Llegué a una gran sala en la que un montón de niños sucios trabajaban sin parar cosiendo las famosas zapatillas “bourn”.
Lo vigilantes se dieron cuenta de mi presencia y me gritaron con cara de pocos amigos, momento en que salí a todo correr y no paré hasta el coche.
Mi padre arrancó justo cuando los vigilantes se nos acercaban peligrosamente.
Al primer policía que vimos le contamos lo sucedido. La cosa terminó con intervención de la policía en la fábrica en las que unos 100 niños trabajaban como esclavos haciendo las célebres zapatillas.
La policía nos informó que uno de los niños había sido el autor del mensaje que encontré cosido a mi zapatilla y que otro niño había escrito las tres letras en las etiquetas. Cuando llegué a casa lo primero que hice fue tirar las zapatillas.   




 Guillermo Alarcón Silva   



El monte de las Ánimas
Hace mucho tiempo, en la edad media, en las lejanas tierras de Soria.
Había un reino con un bosque donde vivían unos monjes templarios. Tenían una leyenda del  día de los difuntos. 
Que los monjes templarios revivían a los que murieron en la batalla del monte de las Ánimas.
Las ánimas matarían a todo aquel que estuviera por ahí.
Dos primos Alonso y Beatriz. El día de los difuntos se fueron de caza. A la hora de la cena dice Beatriz:
-¿Y mi pañuelo?
-¿Qué pañuelo?
-El pañuelo de mi abuela que en paz descanse.
-¿Dónde está?
-Al ir de caza me lo he tenido que dejar.
-Yo iría a buscarlo pero hoy… tengo miedo de ir
-Ya sabes que me voy mañana. Además es el último recuerdo de mi abuela.
-De acuerdo iré a buscarlo.
Él fue y la doncella durmió. Al día siguiente se encontró su pañuelo a los pies de su cama y Alonso muerto en la puerta del castillo comido por los lobos y tenía una cara de terror mortal.
Pasado un año, alguien que pudo sobrevivir vio a una mujer, que corría para que no le mataran las ánimas, dando círculos a la tumba de Alonso.

Basado en la leyenda “El Monte de las Ánimas” de Gustavo Adolfo Bécquer.
He elegido esta historia porque me gusta mucho Soria







                                     

The Human Body: Bones and Muscles

Hello everyone! It's me, Stefanie.

We are learning about the human body in Conocimiento del Medio. Let's look at some videos.

El Esqueleto The Skeleton

What is a skeleton? What is a bone? Let's look!
http://www.youtube.com/watch?v=IIjj0rC7wcQ

Here is a song about the skeleton:
http://www.youtube.com/watch?v=e54m6XOpRgU


Los Músculos The Muscles

What is a muscle? What are they in English?
http://www.youtube.com/watch?v=g6NqtRVvWs8

...by the way, if you want to learn a word, "frases hechas" or other things in English, use this link. It's the best dictionary!
http://wordreference.com/

See you later!
- Stef

lunes, 7 de noviembre de 2011

Examen de los temas dos y tres de MATEMÁTICAS.   Día 18 viernes  9 de la mañana.

lunes, 16 de mayo de 2011

Programa semana

NOVIEMBRE
Lunes
Martes
Miércoles
Jueves
Viernes






ESTUDIO






7de nov.

Esquema tema 2 Matemáticas
8 de nov.

Esquema tema 3 de Matemáticas
9 de nov.

Esquema tema 2 Conocimiento del Medio.
10  de nov

Esquema tema 2 de Lengua
11 de nov.

Estudio de los temas uno y dos de Matemáticas.
TIEMPO








OBSERVACIONES

















PLÁSTICA